Objetivo
Analizar la importancia de la danza folklórica y
sus beneficios como herramienta y
estrategia educativa para el desarrollo y la formación integral de los niños.
¿Qué es la danza folklórica?
El folklore o folclore hace referencia a las
creencias, prácticas y costumbres que son tradicionales de un pueblo o cultura.
La danza folklórica, son los bailes
típicos y tradicionales de una cultura. La danza folklórica suele realizarse
por tradición puede ser bailada por cualquier hombre y mujer.
La danza es una forma de hacer arte y expresar
lo que se siente. La danza folklórica es
una expresión que muestra parte de nuestra cultura escenificada por medio de
bailes y danzas representativas de cada comunidad.
Beneficios de la danza folklórica en los niños
La danza es una actividad tradicionalmente
vinculada a la educación y a la educación física y artística en particular, así
ha quedado de manifiesto una vez explorada su presencia dentro del pensamiento
pedagógico a través de la historia.
Entendemos que la danza tiene validez pedagógica
porque a través de su práctica puede incidirse en los siguientes aspectos
propios de la educación física integrada:
· Adquisición y desarrollo de las
habilidades y destrezas básicas
· Adquisición y desarrollo de tareas
motrices específicas
· Desarrollo de las cualidades físicas
básicas
· Desarrollo de capacidades
coordinativas
· Adquisición y desarrollo de
habilidades perceptivo-motoras
· Conocimiento y control corporal en
general
· El pensamiento, la atención y la memoria
· La creatividad
· Aumento de las posibilidades
expresivas y comunicativas
· Favorecer la interacción entre los
individuos
La danza tiene validez pedagógica porque puede
fomentar el sentido artístico a través de la propia creación (realización de
danzas coreografías propias) y de la apreciación de otras creaciones externas
(apreciación y crítica de coreografías y danzas ajenas).
La danza tiene validez pedagógica ya que
mediante su práctica se puede incidir en la socialización del individuo.
La danza tiene validez pedagógica ya que puede
ser un factor de conocimiento cultural además, puede ser un factor de educación
intercultural favoreciendo el conocimiento y la aceptación y tolerancia de la
realidad pluricultural de la sociedad actual.
Además de desarrollar una actividad artística y
entretenida, los ritmos de la danza aportan beneficios en el desarrollo físico
como psíquico.
Su práctica puede facilitar el desarrollo de las
personas como mejores seres humanos, pues no sólo es bailar por bailar, sino
que se adquiere la capacidad de sentir, comunicarse físicamente, expresar
emociones y sentimientos, definir su identidad nacional y actuar de manera
libre y espontánea ante los demás, con quienes convive de manera cotidiana.
Es importante que a través de la danza
folklórica se forme conciencia en la escuela para enraizar la identidad
nacional en los alumnos; pero no sólo eso, sino que tengan la posibilidad de
entender y revalorar nuestra cultura. Sólo mediante el aprecio, goce y disfrute
de nuestras raíces, podremos defender eficazmente nuestras costumbres y
tradiciones.
La danza folklórica, además de consolidar una
identidad nacional en los niños, puede alcanzar otras metas:
“...un potencial dancístico para promover
sistemáticamente un amplio desarrollo corporal, creativo y expresivo; un
potencial psicopedagógico, es decir la capacidad para detonar procesos de
desarrollo en el niño y un potencial educativo que promueva experiencias
estéticas que despierten el deseo de disfrutar la danza como futuros bailarines
o espectadores de esta”. (Hutchinson, 1995).
Niños en crecimiento explorando la danza
Entrevista a Karla Zúñiga de Live Dance Academy
para conocer los beneficios de la danza en el desarrollo integral de los hijos.
Revista de educación: Diversidad cultural: La danza folklórica como medio de identidad e integración sociocultural
Emociones en la danza
La danza folklórica en las escuelas
En la educación, la danza tiene reconocimiento
en los primeros gobiernos posteriores a la Revolución Mexicana, en 1915 en el gobierno
de Venustiano Carranza se funda la Dirección General de Bellas Artes, esta
institución tenía como objetivo fomentar la función educativa del arte y la
danza es incorporada en ese entonces a la educación escolarizada como materia
de danzas y bailes regionales mexicanos.
Más adelante con José Vasconcelos, en 1821, se
crea la Secretaría de Educación Pública y es entonces cuando la organiza en
tres departamentos: escuelas, bibliotecas y archivos y bellas artes. Para este
pensador la educación era una trilogía maestro, artista y libro. En este
periodo surgieron las misiones culturales, las cuales estaban a cargo de
misioneros que debían saber las lenguas indígenas, que eran laicos y debían
dominar las artes, artesanías y creencias indígenas.
Es entonces cuando las danzas y los bailes
indígenas en las escuelas sirvieron como material básico y se difundieron entre
maestros y alumnos. Estas misiones culturales constituyen el primer
acercamiento a las expresiones dancísticas que más adelante, con Amalia Hernández
en 1952, se volvieron en espectáculos.
Cabe destacar la estrecha relación existente
entre la danza y la formación integral de la persona, tal y como afirma
Ferreira (2008) y complementa Añorga (1997) con “la formación integral está
definida como la formación física, intelectual, técnica, político-ideológica,
estético-artística”, ya que la danza está enmarcada en la formación
estético-artística.
Por otro lado Aguilar establece que “la
característica peculiar de la asignatura de educación artística es que pone
mayor énfasis en la vida emotiva de los alumnos, que muchas veces es
menospreciada pero que es fundamental tanto para el desarrollo del individuo
como para la propia construcción del conocimiento”
De
ser cierta esta afirmación, los niños de las escuelas tendrían mayor capacidad
de desenvolvimiento en otras áreas, obtendrían mejores resultados en el
aprovechamiento escolar y, en términos generales, se estaría hablando de seres
humanos completos con capacidades y habilidades que les permitirían un
desarrollo personal integral, y el reconocimiento cultural que envuelve a
factores relacionados con el arte en cualquiera de sus manifestaciones.
La danza folklórica mucho puede contribuir a que
el cometido propuesto por la Secretaría de Educación Pública (SEP) a través de
los libros de apoyo como guía en la Educación Artística se cumpla. Además,
cuando se relaciona a ésta con las demás asignaturas se evita, con el fomento
de este género dancístico, la entrada de otras culturas y tradiciones ajenas a
la nuestra, que, poco a poco, van teniendo entrada a nuestro país, sin ofrecer
ventaja alguna.
La práctica actual de la danza y la música
folklóricas en las escuelas es una tarea estimulante para quien la práctica y
para quien la enseña, pues se obtienen resultados en beneficio no sólo de un
prestigio cultural y social, sino por lo que significa en términos del rescate
y la preservación del folklore nacional y que éste no se deforme ni se pierda,
sino por el contrario, que trascienda y que el niño encuentre sentido de
pertenencia e identidad nacional.
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